Una aproximación a los micromecenazgos, por Sergio Somalo

Sergio Somalo es blogger, escritor aficionado y ha participado en varias campañas de crowdfunding como mecenas.

Crowdfundings...

El concepto de crowdfundig se basa, así dicho rápidamente y mal, en pedir poco dinero a mucha gente, conocida o no, y así poder costearse uno algo. La traducción de esta palabra anglosajona viene a ser “Fondo en grupo”, vamos lo que todos hemos hecho siempre, poner bote cuando se sale en grupo a comer, de pinchos, a beber. Como la traducción no es nada glamurosa, se ha decidido que la traducción correcta es “micromecenazo” y la definicion de “micromecenazgo viene a ser:

El crowdfunding o micromecenazgo, en castellano, es una red de financiación colectiva, normalmente online, que a través de donaciones económicas o de otro tipo, consiguen financiar un determinado proyecto a cambio de recompensas, participaciones de forma altruista.”
Fuente 

Es una forma de poder sacar proyectos adelante, pero ¿cuál o dónde se puede ubicar el origen de los micromecenazgos? Quitando la costumbre del bote, según el blog Socios inversores y la Wikipedia , el origen está básicamente ligado al origen de Internet o mejor dicho, a la expansión de Internet ya que lo centran a finales del siglo XX, con la acción de un grupo de rock británico llamado Marillion que en 1997 lanzaron una campaña de financiación para poder financiar una gira por Estados Unidos, y lo consiguieron. Tras esto, se comenzaron a articular otras campañas por diferentes personas o entidades, eso si, de forma esporádica. Una nota curiosa, casi diez años antes, el grupo español de rock callejero Extremoduro ya organizó una financiación colectiva al margen de Internet y consiguió el dinero para poder grabar el disco que tenían preparado, unas 250.000 pesetas de la época.

Pero bueno que me despisto y la primera vez que se acuñó la palabra para definir una acción como esta fue ya en el siglo XXI, concretamente en el 2008 en un artículo titulado The rise of crowdfunding, de Jeff Howe y Mark Robinson (no se dónde salió publicado la verdad) y en ese mismo año se creó la primera plataforma para micromecenazgos en San Francisco, Indiegogo. A partir de aquí, esto ha ido creciendo como las setas en un otoño lluvioso.

Si nos centramos en España, puedo recomendaros esta página web ya que presenta unos datos interesantes, además explica la existencia de cuatro tipos de micromecenazgos (donación, recompensa, préstamo y participación), y da datos económicos sobre dos de ellos (donación y recompensa). Entre otras cosas útiles que se puede ver, habla muy brevemente de la legislación asociada a este tipo de actividades y habla de Verkami como la primera plataforma de micromecenazgos fundada en España ya en el 2010, luego volveremos a ella pero antes me parece interesante comentar que desde el 2010 y hasta el 26/05/2014, según el listado facilitado por la página crowdacy.com, la cantidad de páginas dedicadas al micromecenazgo era de 109, de las cuales y a esa misma fecha, 14 habían ya cesado en dicha actividad.

Y ahora creo que, después de todo esto, nos podemos centrar en lo que nos interesa, que es el micromecenazgo en los juegos de rol en España.

Creo que, en el ámbito creativo, ha sido una herramienta incorporada al día a día en un muy corto intervalo de tiempo, es más, solo tras dos años de estar en funcionamiento, Verkami aceptó un proyecto para micromecenazgo y fue La Puerta de Ishtar, un juego que superó expectativas de una forma brutal ya que pedía 2.500 € para publicarse y obtuvo 14.290 €. También en esa época la extinta editorial, pero actualmente fusionada a Nosolorol, conBarba, lanzaba un patronazgo desde su propia página, el cual llamó preventa, de una traducción de un juego titulado Polaris. Este también salió adelante, y curiosamente participé en los dos.

A día de hoy (06/11/2016) en Verkami se pueden encontrar bajo el epígrafe de juegos/juegos de rol, un total de 46 proyectos de los cuales, dos están en curso, 37 han sido exitosos y 7 fallidos, es decir, el 15 % no ha salido.

Y ¿quién utiliza esta herramienta? La verdad es que cualquier persona física o jurídica que quiera asumir los costes que tiene puede utilizarla. No conozco los pasos que hay que dar para llegar a ver en la página un proyecto pero si he oído a personas que ya lo han hecho y es necesario mandar toda una serie de documentos para que la gente de Verkami lo valore y les de una fecha de comienzo. Y aquí es donde se empieza a ver diferencias, porque en esta plataforma ya han presentado proyectos tanto personas físicas como jurídicas y esta es mi opinión, sobre todo con respecto a situaciones que he visto en otra plataforma muy conocida de allende los mares: Kickstarter.

Entiendo que es una herramienta de libre utilización pero el uso indiscriminado de la misma por grandes empresas (estén o no bien saneadas) me parece bastante atropello de cara a personas físicas que tengan la ilusión y la falta de posibilidad de presión frente a los bancos. Un ejemplo claro es este ¿qué narices hace Chaosium lanzando esto? Esta empresa, aunque lo haya pasado muy mal (putas a estas horas no se puede decir ¿verdad?), tiene un producto con renombre, recorrido y gancho suficiente como para poder sacarlo con fondos propios; que dices que haces algo de la llamada y hay un montón de personas que gritan eso de “Shut up and take my money!” sin ni siquiera saber de qué va. No es lo mismo que muchas otras editoriales que deben meter mucho tiempo de publicidad y trabajo en la red para que el título de un solo juego pueda ser un tanto reconocible. Desde mi punto de vista, este tipo de empresas, con renombre y productos seguros, no deberían entrar en estas herramientas. Pero me imagino que no es posible porque al fin y al cabo, Kickstarter y Vercami son empresas y ellos ganan un porcentaje de lo recaudado, así que estos pelotazos les viene que ni al pelo.