Senshi Shiroi es bloguero y ha participado y promocionado varias campañas de mecenazgo.
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Respuesta corta, sí, con condiciones. Respuesta larga…
Los mecenazgos están de moda, y son la actualidad. Quien diga lo contrario cierra los ojos a la realidad, en 7 años solo Kickstarter ha “recibido” casi 3 mil millones de dólares en donaciones, y tiene más de 3.000 proyectos activos. ¿Es eso bueno?
Sin dudarlo. Los mecenazgos han abierto la puerta a muchos creativos de diferentes artes para publicar y sacar adelante sus proyectos. Ya no hace falta ser aceptado por la enorme maquinaria establecida (que reconozcámoslo, como en tantos otros ámbitos, tira mucho de enchufe y dinero fácil que no de cosas innovadoras o atrevidas), sino que puedes mostrar directamente al público lo que haces. ¡Sin intermediarios! ¿Cómo no va a ser bueno eso?
Entiendo cuáles pueden ser las quejas a esto, pero para nada las comparto. “Es que bajas la calidad” ¿Perdón? La calidad será la que los mecenas apoyen. Es verdad que al principio parecía que aquí podía poner su mecenazgo cualquiera, pero solo hace falta una cantidad abundante de ellos para que haya criba, “selección natural”, porque sí, la mayoría de los mecenazgos que fracasan son por falta de calidad, en uno u otro aspecto. Y al final, sin necesidad de pasar por la criba de un empresario, el mercado decide.
Pero como he augurado el principio, hay ciertas condiciones que creo que deberían respetarse para que esta herramienta siguiera siendo un aliado de los creadores y de los consumidores.
Cuando alguien te está dando su dinero es porque confía en ti, porque realmente quiere ver eso que “vendes” o porque tiene dinero de más y no sabe en qué gastarlo, que de todo hay en este mundo. Pero en los dos primeros casos esa gente está confiando su sueldo para que tú puedas ganar algo con tu obra. Y vale que hay gente muy paciente y leal, pero que estés cuatro años haciéndote el lolailo… es para que te den una paliza entre todos los mecenas.
Entiendo que puede haber mucha ansia por tener el dinerito caliente en tus manos, pero el mecenas también tiene ansia por que le llegue el producto al que ha contribuido indispensablemente. ¿Qué cuesta más trabajo hacer primero las cosas y luego pedir la paga? Bueno, no siempre (porque muchas veces se ha comprobado que la jugada sale bien) se puede vivir del cuento.
Es cierto que hay cosas que hay que pagar de primera mano: ilustraciones, maquetación,… (en un ejemplo de juego o libro). Pero si ya tienes algo, no estas simplemente vendiendo tus “maravillosas ideas de un juego fantástico que sería una pena que nos perdiéramos”.
Me gustaría hablar de otras cosas, de las formas adecuadas (para mi) de realizar un mecenazgo, de la participación de las empresas, de causas habituales de su fracaso, los problemas de apoyarlos a lo loco… Pero creo que eso sería mejor en un artículo propio. Eso si, no quiero terminar sin mencionar uno de los argumentos más esgrimidos contra los crowdfunding: que es un enemigo del tejido industrial.
Pues sí, lo es. Al menos contra el tejido industrial establecido, ¿y? Así funciona el capitalismo. Si quieres seguir en el mecanismo hay que reinventarse, y si tus productos no tienen la calidad como para combatir a algo hecho por un creativo independiente, es que igual tu empresa no funciona bien.
Terminando: Sí. Los crowdfunding son buenos como idea, y solo en la forma en la que cada uno se desarrolla es donde debemos ser críticos con ellos y de la mejor manera posible: apoyándolos o no. Como decía al principio, los mecenazgos han llegado para quedarse, nos guste o no.
